miércoles, 12 de junio de 2013

Grecia dice adiós a su televisión pública.

El portavoz griego, Simos Kedikoglu, ha anunciado el inmediato despido de 2.600 trabajadores de ERT. Cesan de inmediato, dejando al país sin emisoras públicas en los medios de comunicación más populares. Y esto lleva a la reflexión, porque estos sistemas son los únicos que garantizan que tenga su espacio la oposición, por influenciada que esté políticamente la cadena. Un ataque a la libertad de expresión se mire por donde se mire. El gobierno griego no pierde un canal que controlar, sino que propicia un monopolio informativo.


Pero si nos damos cuenta, el cese del canal público, es sólo un granito de arena del montón de los recortes neoliberales europeos de hoy en día. Por hablar de algo más cercano, en España 35.00 estudiantes han perdido sus becas este año, mientras que el día 25 del mes anterior se había anunciado el gasto de 280.000 euros en la restauración de la basílica del Valle de los Caídos; con un 26% de paro, cada día se destapan nuevas tramas de corrupción...

Y la pregunta es, ¿a dónde vamos?



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