EL HUNDIMIENTO DEL COSTA CONCORDIA
El accidente del Costa Concordia no se debió al azar. Un juego, un guiño cómplice a dos tripulantes históricos de la nave, fue lo que llevó al capitán del crucero a acercarse a la orilla de la Isla de Giglio peligrosamente.
La historia que se relata en los periódicos sobre este suceso desmiente una primera versión: la de que el capitán acercó al
barco a la costa para que los pasajeros saludasen a los vecinos y
tomasen fotografías; una vieja tradición en este tipo de cruceros. Pero
no fue asi, ya que los turistas a bordo no se enteraron de la maniobra
hasta que la nave encalló y en la cubierta sólo se encontraba un puñado
de miembros de la tripulación junto al capitán, Francesco Schettino.
El accidentado crucero que se encuentra semi-sumergido en la costa italiana se movió el lunes sobre las rocas en las que encalló, mientras las malas condiciones climáticas interrumpieron brevemente la búsqueda de sobrevivientes y las autoridades elevaron la cifra de desaparecidos a 29 personas.
Luego de que la compañía propietaria del barco culpara al capitán por conducir demasiado cerca de la costa para hacer un "saludo" a los residentes de la isla toscana, la nave se hundió levemente, amenazando con sumergir su enorme casco y 2.300 toneladas de combustible bajo las aguas del Mediterráneo.
El movimiento interrumpió por unas horas las operaciones de rescate para hallar a alguien con vida, cuando aún quedan 16 personas desaparecidas. Hasta ahora, se encontraron seis cuerpos.
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