Besse Cooper ha fallecido este martes a los 116 años en una residencia de ancianos de Estados Unidos. El Premio Guinnes de los Récords le dio su título de longevidad en 2011, cuando la señora Cooper tenía 115 años. Ella afirmó que había vivido tanto por el simple hecho de no meterse en los asuntos de los demás y no comer nunca comida basura.
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